Ese cura que va a un convento a entrevistarse con las monjas tras las sospechas de la madre superiora de que algunas de esas monjas han tenido contacto con el sexo.
Reúne a las monjas en fila y le pregunta a la primera:
- A ver, ¿usted ha tocado alguna vez un pene?.
Y la monja responde:
- Si padre, con este dedito.
- Pues métalo en el agua bendita de la pila bautismal para que se purifique. - Responde el cura.
Va a la segunda monja y le hace la misma pregunta, y responde la monja:
- Si padre, con esta manita.
A lo que el cura replica: Pues métala en el agua bendita de la pila bautismal para que se purifique.
Y de repente, la monja que estaba en cuarto lugar, se adelanta a las demás y se pone delante del cura saltándose a la monja que estaba en tercera posición, y le dice al cura:
- ¡Mira padre!. Si tengo que hacer gárgaras con el agua bendita de la pila bautismal, prefiero hacerlas antes de que le diga a Sor María que tiene que lavarse el trasero con el agua bendita de la pila bautismal.